El ministerio es una actividad desafiante y, muchas veces, el pastor se encuentra solo ante los diferentes problemas y las diferentes demandas que surgen día a día en el ejercicio de su vocación. En este contexto, se destaca la importante presencia de su esposa, que, como “ayuda idónea”, oye, comprende y ayuda al esposo a conducir el rebaño que les fue confiado.
Un estudio de los escritos de Elena de White indica que el apoyo de la esposa al ministerio del esposo, trabajando como equipo ministerial, sería muy beneficioso para el cumplimiento de la misión. En cierta ocasión, ella escribió: “El ministro y su esposa deben salir juntos cuando esto sea posible. La esposa, con frecuencia, puede trabajar junto a su marido cumpliendo una tarea noble. Puede visitar los hogares y ayudar a las dueñas de casa en una forma en que su esposo no podría hacerlo” (El evangelismo, p. 358).
Aunque la dinámica de las familias haya cambiado a lo largo del tiempo, es importante que el pastor y su esposa encuentren modos de participar juntos de las actividades ministeriales. Para esto deben considerar, en primer lugar, el compromiso de la esposa con el ministerio de acuerdo con los dones que ella posee. Además, la presencia de la pareja pastoral en las visitas a los miembros y los interesados, y su involucramiento en el trabajo evangelizador, fortalece la influencia de su liderazgo, así como los lazos conyugales. Finalmente, la esposa del pastor, según sus tiempos y sus habilidades, puede desarrollar un ministerio diferente al aconsejar a las mujeres, orientar el trabajo con los niños o liderar áreas del trabajo en la iglesia para las cuales tenga afinidad.
Una pareja pastoral inspiradora en la historia de la Iglesia Adventista fue la de Stephen y Hetty Haskell. Ellos recibieron muchas cartas de Elena de White mientras trabajaban juntos en la lid ministerial. Después de perder a su primera esposa, Mary, Haskell fue enviado como misionero a África y se sentía muy solo. Elena de White sugirió, entonces, que Hetty Hurd sería una buena esposa para él, después de haber visto un ángel con las manos sobre los hombros de Haskell diciendo: “¿No suscité a los dos [Stephen y Hetty] para que te apoyen [Elena de White]?” En 1892, Stephen y Hetty se casaron con el propósito de estar unidos en el ministerio. Los Haskell realizaron evangelismo público y personal y coordinaron equipos evangelizadores por donde pasaron. Además, produjeron muchos materiales evangelizadores y establecieron instituciones educacionales y médico-misioneras (Enciclopédia Ellen G. White, pp. 434, 435).
En diversas ocasiones, por medio de cartas, Elena de White animó a los Haskell en su trabajo. En 1897, luego del casamiento de Stephen y Hetty, ella escribió: “Nos alegramos al saber que sus intereses están unidos como si fueran uno. Que el Señor bendiga esta unión, para que ustedes sean de fuerza y apoyo mutuo en todo tiempo. Que la paz de Dios descanse sobre ustedes, es mi sincero deseo y ferviente oración” (Carta 74a).
En 1902, Elena de White recordó a Haskell el presente que recibió al casarse con Hetty, al decirle: “El Señor lo trajo a través de muchos lugares difíciles y penosos. Él le ha dado a usted la oportunidad de trabajar en conexión con su esposa. Él se la ha dado para ayudarlo, para ser una con usted, para cuidarlo” (Carta 47).
Ella también los animó en el trabajo, al escribir: “Queridos hermano y hermana Haskell, estoy muy feliz al saber que Dios manifiesta su poder y su gracia en favor de la verdad a través de ustedes. Espero que sean sustentados, fortalecidos y bendecidos. Y verdaderamente lo serán si andan humildemente con Dios. Tengan buen ánimo. La providencia de Dios ciertamente abrirá el camino y les dará preciosas victorias” (Carta 132, 1901).
El matrimonio Haskell es un ejemplo de que el trabajo conjunto del pastor y su esposa produce muchos resultados. ¡Que cada matrimonio ministerial encuentre la mejor manera de experimentar esa asociación bendecida!
Sobre el autor: esposa de pastor, vive en São João do Paraíso, Bahia, Brasil.