Uno de los temas discutidos en el último Concilio Anual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día fue la propuesta de un nuevo documento sobre el aborto, para reemplazar el texto de 1992 que trataba sobre el tema. Después de amplio debate, la mayoría absoluta de los aproximadamente trescientos delegados presentes en la reunión aprobaron la declaración, que presenta con mayor profundidad la percepción adventista respecto de la santidad de la vida humana.
En esta entrevista, el doctor Elías Brasil de Souza, director del Instituto de Investigación Bíblica de la Asociación General, aclara algunos puntos importantes relacionados con la producción, el contenido y la aplicación del documento en el contexto pastoral.
¿Qué motivó a la sede mundial de la Iglesia Adventista a elaborar un nuevo documento sobre el aborto? ¿Cómo fue el proceso de preparación y votación?
En respuesta a varios pedidos realizados para que la iglesia aclare su posición sobre el aborto, el liderazgo de la Asociación General solicitó al Comité de Ética del Instituto de Investigación Bíblica que preparara un borrador de una declaración que pudiera expresar la visión confesional sobre el tema, a partir de una perspectiva bíblica.
Fueron necesarios dos años de estudio y discusiones en el Comité de Ética. Después, el documento fue sometido a otras comisiones de la Asociación General. Luego de correcciones adicionales, la versión final fue llevada a votación en el Concilio Anual, donde fue aprobada por la gran mayoría de los delegados.
En relación con la declaración anterior de la iglesia sobre el aborto, ¿qué aspectos de este nuevo documento destacaría?
La declaración anterior, que consistía en orientaciones, tenía como objetivo dar instrucciones prácticas para casos específicos en los que debería considerarse el aborto. No era una afirmación teológica sobre la visión bíblica del asunto.
A su vez, el nuevo documento es una declaración que se concentra en la visión bíblica sobre la santidad de la vida humana y sus implicaciones para el aborto. Por lo tanto, asume una posición inequívoca de respeto por la dignidad y por el valor de la vida humana que no ha nacido aún.
¿Cuáles son los desafíos específicos que enfrenta la Iglesia Adventista con relación al tema del aborto y qué ayuda provee este documento al respecto?
En muchas sociedades el aborto se volvió una cuestión política. Algunas personas lo entienden como una manifestación de libertad, por medio de la cual las mujeres expresan control sobre sus cuerpos. En contraste con esas construcciones políticas y sociales del aborto, el nuevo documento resalta el valor y la santidad de la vida humana, y así posiciona la cuestión desde una perspectiva diferente: el embrión pertenece a Dios, por lo tanto, es digno de protección y respeto.
Es importante mencionar que el nuevo documento no pretende proporcionar instrucciones específicas para casos o circunstancias particulares. De hecho, sirve como base para directrices y/o protocolos subsecuentes que puedan ser necesarios en las diversas áreas de servicio de la iglesia. Hay que aclarar que el nuevo documento (Declaración) sustituyó al antiguo (Orientaciones).
Por lo tanto, deberán prepararse nuevas directrices y/o protocolos para dar orientaciones específicas. En realidad, el Departamento del Ministerio de la Salud de la Asociación General ya inició el diálogo para elaborar protocolos a fin de ayudar a nuestras instituciones médicas a tratar la cuestión del aborto de manera que se respeten los valores y las enseñanzas bíblicas expresadas en el nuevo documento.
¿Este documento es para uso principalmente interno en la Iglesia Adventista, o el propósito es que sea divulgado al público en general?
Dadas las complejidades inherentes al tema del aborto, hubo una necesidad creciente (interna y externa) de que la iglesia aclarara su posición sobre el asunto. Por lo tanto, el nuevo documento procura transmitir la comprensión y la posición de la Iglesia Adventista sobre el aborto no solo para sus miembros, sino también para la sociedad en general.
¿Qué recomendaciones sugiere a los pastores de la Iglesia Adventista en Sudamérica con relación al uso y la difusión de este documento?
En primer lugar, el nuevo documento no es un ítem del Manual de la iglesia; por lo tanto, no debe ser utilizado como un arma para herir a las personas. Luego, habiendo dicho esto, creo que el documento puede ser útil para ayudar a los miembros de iglesia a entender cuán sagrada y digna es la vida humana que aún no ha nacido. En tercer lugar, a pesar de ser una cuestión tan sensible, y hasta incluso política, no debemos eximirnos de hablar del tema desde la perspectiva correcta, es decir, desde la perspectiva bíblica. Debemos estar dispuestos y preparados para orientar y ayudar a todos, especialmente a nuestra juventud, que puede ser el segmento más vulnerable de la iglesia que sucumba ante la cultura del aborto, por la conveniencia tan desenfrenada en nuestra sociedad. Finalmente, como pastores y dirigentes de iglesia, debemos siempre recordarnos, a nosotros y a nuestras congregaciones, que “el valor del hombre se comprende solo al ir al Calvario” (Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 560).
Por lo tanto, no debemos olvidar que nuestro ministerio se extiende a aquellos que todavía no nacieron. Por eso, incluso en las circunstancias en las que el embarazo ocurrió como resultado de un acto pecaminoso y vil, la madre embarazada y el hijo que aún no ha nacido deben ser tratados con el máximo respeto, amor y cuidado. Al obrar así, estaremos en sintonía con el maravilloso cuidado de Dios por los niños que aún están en el vientre:
“Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas”
(Sal. 139:13-16)