Durante los días que van del 10 al 19 de julio de 1975, sesionará el Congreso de la Asociación General. Millares de delegados y visitas, en representación de la iglesia mundial, se habrán dado cita en la ciudad de Viena, la vetusta capital austríaca, para participar de las alegrías y emociones de un encuentro memorable para el adventismo.

Será un acontecimiento histórico para la iglesia, puesto que pasará a figurar en los anales de la historia denominacional como la primera asamblea de la Asociación General realizada fuera de los Estados Unidos.

Las diferentes comisiones nombradas por la Asociación General para planificar la referida asamblea ya concluyeron sus estudios y presentaron sus conclusiones.

Desafortunadamente, el auditorio Stadthalle, cedido por el Gabinete de Convenciones de Viena, tiene una capacidad limitada para 11.945 personas en lugar de 15.000, según informaciones brindadas previamente por las autoridades de Viena.

Como consecuencia, hemos visto reducida nuestra cuota para delegados y visitas procedentes de la División Sudamericana a 344 lugares.

Otra realidad que enfrentamos es la limitación de capacidad hotelera que hay en Viena, que en esa fecha estará en plena temporada turística. Sin embargo, ya nos hemos asegurado con la comisión responsable las reservas necesarias para los delegados que integrarán la representación sudamericana.

Poco a poco vamos tomando conocimiento del entusiasmo de muchos hermanos que están haciendo planes decididos para participar de las bendiciones e inspiración de tales reuniones, nos resulta lamentable, tenemos el deber indeclinable de comunicar a la iglesia (pie no estaremos en condiciones de solucionar problemas relativos al ingreso en el auditorio, y menos aún de hospedaje. Las entradas para el auditorio se concederán exclusivamente para los delegados y visitas recomendados por sus respectivas uniones, y solamente éstos podrán participar de las reuniones de esta asamblea.

Confiamos en el espíritu de comprensión que tanto caracteriza al pueblo adventista. Reiteramos una vez más nuestro pesar por esta realidad, pues si no fuese por la capacidad limitada del auditorio, muchos millares más podrían gozar de las bendiciones y el refrigerio espiritual que Dios está preparando para su pueblo (pie habrá de reunirse en ese lugar.

Aprovechamos la oportunidad para solicitar a los queridos hermanos que oren fervorosamente por esa sesión de la Asociación General, para que los planes que allí se elaboren contribuyan a apresurar el regreso de nuestro Señor Jesucristo.

Sobre el autor: Secretario de la División Sudamericana.